Creatividad, ritmo y diversidad: Mr. Klaje en escuelas rurales de Irlanda del Norte

En febrero de 2025, el colectivo colombiano Mr. Klaje / Innovaser visitó la localidad de Draperstown, en el condado de Londonderry (Irlanda del Norte), para desarrollar una serie de talleres creativos con niños y niñas de la escuela primaria St Mary’s. Esta experiencia formó parte de una colaboración con la Queen’s University Belfast, el British Council y el centro comunitario Glasgowbury, reconocido por su trabajo en educación musical con jóvenes de la región.

Los talleres se centraron en una metodología participativa en la que la música, la creación de canciones y la percusión funcionaron como herramientas clave para fomentar el diálogo sobre diversidad cultural y promover la creatividad como lenguaje común entre culturas. A través del juego musical, el rap, el baile y la construcción colectiva de ritmos, las y los estudiantes pudieron conocer nuevas formas de expresión artística, mientras se abrían a otras realidades, idiomas y maneras de habitar el mundo.

El enfoque del colectivo Mr. Klaje, originario de Cali, Colombia, se basa en el uso del arte como motor de transformación social. En su contexto de origen, han trabajado con jóvenes en situación de vulnerabilidad y exmiembros de pandillas, promoviendo la paz y la reconciliación mediante la creación artística. En Irlanda del Norte, ese mismo espíritu transformador se hizo presente, conectando con las infancias locales desde el respeto, la alegría y la exploración sonora.

Durante la jornada, los estudiantes de St Mary’s aprendieron a rapear, tocar tambores y crear canciones en conjunto, además de experimentar con palabras en español y explorar ritmos distintos a los que les son familiares. El aula se transformó en un espacio de juego, aprendizaje y encuentro intercultural.

Docentes y asistentes destacaron el valor de estas experiencias como parte fundamental del desarrollo integral de la infancia, especialmente en un contexto educativo donde las materias artísticas a menudo se ven desplazadas por otras exigencias curriculares. Actividades como esta reafirman el poder de la música para conectar mundos, abrir diálogos y sembrar semillas de empatía, respeto y colaboración desde las edades más tempranas.